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Se paciente con tu proceso (independientemente de la etapa en la que te encuentres)

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El otro día me repetí por veinteava vez la película come, reza, ama.

Y me sentí especialmente identificada por una de sus escenas. 

Resulta que hay una parte en la que Liz, la protagonista (Julia Roberts) decide viajar a un ashram en la India para aprender a meditar.

En sus inicios, descubre que meditar era más difícil de lo que se pensaba y se frustra un montón.

Con el transcurrir de los días y entendiendo que primero debía hacer ciertos cambios (eliminar la culpa, levantarse más temprano…) y por supuesto intentarlo no una sino muchísimas más veces, termina cumpliendo su objetivo.

Esta parte me hizo recordar algo súper importante y que generalmente termino siempre olvidando y es lo siguiente:

Así como aprender a meditar no se hace de la noche a la mañana, el ver resultados satisfactorios tanto en nuestra vida como en nuestro proyecto o emprendimiento, es algo que no se consigue en un abrir y cerrar de ojos y por lo tanto es importante que aprendamos a ser pacientes con nuestro propio proceso

¿Y qué es ser paciente con nuestro propio proceso?:

– Es ser amable contigo misma y entender que sin importar en que etapa te encuentres, estás aprendiendo. Es que si te pones a pensarlo, lo de aprender es algo que de por si jamás dejarás de hacer y por eso es importante recordar que por más que creas que ya estás donde quieres estar, la verdad es que siempre siempre hay algo que necesitarás aprender para poder seguir avanzando.

– Es trabajar todos los días en pro de tu objetivo, pero no frustrarte si muchas veces las cosas no salen tal y como quieres. Repito: estás aprendiendo.

– Es entender que no todas las personas somos iguales y mientras tal vez otras personas logran algunas cosas primero que tú, eso no quiere decir que seas menos o merezcas menos que ellas. Eso quiere decir que estás viviendo tu propio proceso y no pasa nada malo con ello.

– Es entender que hay un momento para cada cosa y por lo mismo hay cosas que requieren su tiempo.

Roma no se construyó en un solo día.

Lo que quiere decir que si bien no te quedes cruzada de brazos esperando que las cosas caigan del cielo, tampoco te frustres queriendo que las cosas pasen ya.

Date un tiempo, ponte objetivos claros y ten muchísima paciencia para comenzar a ver los resultados y sobre todo para aprender a disfrutar el proceso.

Recuerda que el éxito es un camino que hay que aprender a recorrerlo con mucha paciencia.

Por otro lado, recuerda siempre que las cosas importante llevan tiempo. 

No se puede conseguir un negocio exitoso en un mes ni un cuerpo tonificado en dos meses. 

Es mucho mas importante que dejes de enfocarte en los resultados inmediatos y vayas poco a poco haciendo las cosas pero sin que eso te quite tu paz o tu tranquilidad. 

En pocas palabras aprende a ir sin tanta prisa y aprende por sobretodas las cosas a disfrutar el camino que estás recorriendo.